Estamos a pocos días de celebrar el día de Navidad y, aunque sea una Navidad atípica, esta celebración nunca dejará de emocionarnos.
Idear y preparar canapés es dar paso a la imaginación y a la innovación. ¿Qué hay mejor que hacerlo en estas fechas señaladas?
Con estas tartaletas de bonito tendréis resuelto el aperitivo ideal para, no solo sorprender a los ojos de los invitados, sino que dejarlos sin habla gracias a su sabor.
Vamos a preparar esta receta con nuestras manos desde el principio hasta el final, ¿preparado/a? Empecemos por elaborar la masa.
En un bol coloca los 150 gramos de harina junto con la mantequilla y sal. A continuación, con las manos, deshaz la mantequilla poco o poco, frotando y mezclando con la harina y la sal.
Una vez todos los ingredientes estén ligados formando una masa arenosa, añade el agua y mezcla todo de nuevo, estará lista cuando se despegue de las manos.
Finalmente, deja reposar la masa durante 2 horas en la nevera.
Pasadas las dos horas, saca la masa de la nevera.
Primeramente, enharina la mesa para poner la bola encima y, con la ayuda de un rodillo, extiende la masa hasta que tenga tres milímetros de grosor aproximadamente.
Seguidamente, con un vaso o algún recipiente circular, corta en círculos la base de las tartaletas.
Es momento de picar la cebolla y el pimiento a dados muy pequeños.
Una vez picados, póchalos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y una pizca de sal. Deja salpicar a fuego lento durante 10 minutos y retira los ingredientes del fuego.
Mientras la cebolla y el pimiento reposan fuera del fuego, corta a rodajas pequeñas las aceitunas negras y retíralas en un plato llano.
Pincela las tartaletas con una cucharada sopera de salsa de tomate en cada círculo. A continuación, agrega el pimiento y la cebolla junto con las aceitunas y el bonito del norte ALBO.
Para que las tartaletas queden especialmente exquisitas añade el queso gorgonzola encima del relleno. Es aconsejable que la medida sea como una cucharada pequeña en cada tartaleta.
Por último, espolvorea orégano por encima y llévalas al horno hasta que la masa esté bien dorada.
¡Ah!, cuando las dejes en la mesa, asegúrate que te quede una para ti antes de que vuelen.