Nacimos del sueño de un intrépido. De un hombre polifacético que en 1869 imaginó una pequeña empresa de salazón en uno de los puertos pesqueros más importantes del litoral cantábrico. Carlos Albo Kay, además de ser profesor de inglés, francés y matemáticas, decidió elaborar desde Santoña anchoas en salazón a pequeña escala y de forma artesanal. Una decisión que lo cambió todo.
A principios del siglo XX ya habíamos creado la auténtica conserva apertizada. Un paso que nos permitió desarrollar la producción. Por aquel entonces la falta de tecnología de frío obligaba a tener las fábricas cerca de los principales puertos. Así, en 1929 fundamos nuestra fábrica de Vigo, trasladando allí el grueso de nuestra actividad.
Durante estos años hemos conseguido llegar a más de 25 países, hemos innovado siendo pioneros con el abre fácil, hemos incorporado los platos preparados en nuestro catálogo con más de 100 referencias. Pero lo más importante es que hemos conseguido conservar lo bueno durante todo este tiempo.